En las últimas semanas, los precios de las frutas y verduras han experimentado un aumento significativo, con un incremento promedio de un 43%, aunque algunos productos llegaron a subir hasta un 150%. El tomate y la lechuga encabezaron esta escalada de precios, con subidas de casi un 100% y un 77%, respectivamente. Este fenómeno, según expertos, se debe a factores estacionales, pero también a un aumento en los costos de producción y transporte.
Juan Pablo Della Villa, representante de la cooperativa ECAS, explicó que el precio de las verduras está siendo afectado principalmente por el costo del traslado de los productos a los mercados. La creciente dificultad para transportar alimentos desde las zonas productoras, como Mendoza, hacia Buenos Aires ha encarecido notablemente los precios. Además, la apertura de importaciones de productos como tomate y durazno desde países como China y España está poniendo presión sobre la economía regional.
A pesar de estos aumentos, el consumo de verduras sigue en caída. Los comerciantes se ven obligados a ajustar sus márgenes de ganancia para sobrevivir, ya que las ventas disminuyen mientras los costos permanecen altos. Esta situación refleja la creciente desconexión entre los precios y el poder adquisitivo de los consumidores.