En un nuevo gesto de alineamiento con el expresidente Donald Trump, Javier Milei se reunirá hoy en Casa Rosada con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent. La visita ocurre en la antesala del primer desembolso del nuevo acuerdo con el FMI, por 12.000 millones de dólares, y busca reforzar el apoyo político de Washington a las políticas económicas del gobierno argentino.
Bessent, figura central en la reestructuración del préstamo con el Fondo, elogió el “liderazgo audaz” de Milei y afirmó que la relación bilateral “es más fuerte que nunca”. Sin embargo, para amplios sectores en Argentina, este tipo de respaldo es leído como un preocupante signo de subordinación financiera y política a intereses extranjeros.
El gobierno celebra la llegada de funcionarios estadounidenses como si se tratara de logros diplomáticos, cuando en realidad refuerzan la dependencia de organismos multilaterales y capitales especulativos. Mientras se anuncian aperturas del cepo y reformas “audaces”, los efectos en la economía real son recesión, ajuste y pérdida de poder adquisitivo.
Además, el hecho de que Bessent solo dé entrevistas a medios norteamericanos y mantenga reuniones a puertas cerradas, genera interrogantes sobre el verdadero contenido del acuerdo y las condiciones impuestas al país.
La visita de empresarios ligados al capital financiero, como Robert Citrone, y figuras del ala más conservadora del trumpismo, como Matt Schlapp, profundiza la percepción de que el gobierno de Milei está más enfocado en agradar a Washington que en resolver los problemas estructurales de los argentinos.