En medio de tensiones internas en el peronismo, el gobierno bonaerense que encabeza Axel Kicillof salió a marcar territorio frente a Cristina Fernández de Kirchner. El ministro Carlos Bianco defendió con firmeza el desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires y respondió con frialdad al reciente respaldo de la ex presidenta. “Era lo que veníamos solicitando”, dijo, minimizando el gesto de CFK, quien pidió bajar el proyecto que proponía unificar las elecciones provinciales y nacionales.
La estrategia de desdoblar los comicios busca evitar que una sola jornada electoral condicione la participación del electorado bonaerense, aunque también expone la interna del kirchnerismo, donde cada sector parece más concentrado en conservar poder territorial que en ofrecer una respuesta coherente a la crisis política y económica que atraviesa el país.
Cristina Kirchner, lejos de liderar con claridad, aparece cada vez más reactiva y menos influyente, cediendo en esta ocasión ante la presión del gobernador, que prioriza su propia proyección electoral. Mientras tanto, la provincia más poblada del país sigue sumida en problemas estructurales sin soluciones de fondo.