La violencia israelí no se detiene. Al menos 35 palestinos murieron, 55 resultaron heridos y 80 permanecen desaparecidos tras una nueva serie de ataques aéreos lanzados por Israel sobre el distrito de Shujayea, en el norte de la ciudad de Gaza. Los bombardeos golpearon zonas densamente pobladas y dejaron un rastro de destrucción y muerte.
Incluso las llamadas “zonas seguras” son blanco de las bombas. Médicos Sin Fronteras denunció que uno de los ataques impactó cerca de su clínica en al-Mawasi, un área al sur de Gaza que había sido designada por Israel como lugar de refugio para la población civil. La organización advirtió que ya no hay espacios seguros en el enclave palestino.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, desde que comenzó la ofensiva israelí han muerto al menos 50.810 palestinos y más de 115.000 han resultado heridos. Sin embargo, la Oficina de Medios del Gobierno eleva la cifra a más de 61.700, ya que miles de personas continúan desaparecidas bajo los escombros, presuntamente muertas.
La ofensiva israelí se desató tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1.139 personas en Israel. Desde entonces, el castigo colectivo sobre la población palestina se ha intensificado sin freno, con un saldo devastador que golpea a mujeres, niños y trabajadores humanitarios por igual.