La Casa Blanca confirmó que a partir del miércoles 9 de abril entrarán en vigor aranceles del 104% a productos chinos, en el marco de la guerra comercial que inició durante la gestión de Donald Trump. Esta será la sanción más dura impuesta hasta el momento, posicionando a China como el país más castigado por la política comercial estadounidense.
Horas antes, el propio Trump escribió en su red Truth Social que “China está desesperada por llegar a un acuerdo” y que “está esperando su llamada”, en una clara señal de presión hacia el gigante asiático.
El representante comercial de EE.UU., Jamieson Greer, sostuvo que la medida “va en la dirección correcta” y destacó que otros países como Argentina, India e Israel ya manifestaron su interés en avanzar hacia relaciones de “reciprocidad” comercial con Washington.
Con este nuevo movimiento, Estados Unidos refuerza su estrategia proteccionista mientras mantiene abierta la posibilidad de negociar con aliados estratégicos. Beijing, por su parte, todavía no respondió de forma oficial a esta escalada arancelaria.