Matías Tissera, delantero de Huracán, está pasando por una situación inesperada. Tras llegar desde Bulgaria como nuevo refuerzo al conjunto de Parque Patricios, tuvo un buen comienzo sl convertir dos goles en diez partidos. Sin embargo, su carrera dio un giro brutal cuando fue detenido en la cárcel de Bouwer, en Córdoba, acusado de organizar una extorsión contra un empresario. El caso comenzó cuando Tissera, en Bulgaria, pagó 10.000 dólares a una empresa para construir una casa que nunca se hizo. Al intentar recuperar su dinero, contactó a personas vinculadas al trabajo extorsivo y a través de amenazas y violencia, exigieron el pago de 20.000 dólares a la familia Ferrara, responsables de la empresa deudora.
La justicia tiene pruebas sólidas contra Tissera, como intercambios de mensajes y llamadas entre él y los extorsionadores, lo que lo vincula directamente al plan. Aunque la defensa del futbolista intentó reducir la acusación a amenazas, la fiscalía sostiene que la acusación de extorsión, en grado de tentativa, es la adecuada, dado que la cantidad exigida superaba el monto que Tissera había pagado por adelantado. A pesar de la gravedad del caso, no se encontraron armas de fuego durante el incidente. El futbolista ha intentado suavizar la situación, alegando que su único objetivo era recuperar el dinero para construir la casa de su cuñada, y sigue esperando poder modificar la calificación del delito para poder obtener la excarcelación.
En este momento, el delantero permanece detenido en el penal de Bouwer, un lugar con condiciones duras y no puede ver a su familia. Su defensa sigue trabajando en la solicitud de excarcelación, con la esperanza de que la justicia le permita salir bajo fianza y seguir su carrera en Huracán. Aunque los abogados creen que tiene buenas posibilidades de obtener la libertad, Tissera sigue atrapado en una dura batalla judicial que, por ahora, lo aleja de los campos de juego. Mientras tanto, sus únicos “partidos” se juegan en los tribunales.