Australia ha decidido no aceptar la oferta de China de colaborar en la lucha contra los aranceles impuestos por Estados Unidos. El viceprimer ministro, Richard Marles, destacó que el país sigue comprometido con la diversificación de sus relaciones comerciales y no busca alinearse con China en este asunto.
En lugar de unirse a la iniciativa china, Australia está enfocada en fortalecer sus vínculos comerciales con otras naciones clave, como la Unión Europea, India y el Reino Unido. Marles subrayó que el gobierno australiano prioriza sus propios intereses y busca equilibrar sus relaciones comerciales a nivel global.
La propuesta de China había sido planteada por su embajador en Australia, Xiao Qian, quien sugirió que ambos países trabajaran juntos para defender el sistema de comercio global. Sin embargo, Australia ha decidido mantener una postura independiente frente a las políticas arancelarias de Estados Unidos, reafirmando su compromiso con un enfoque autónomo en comercio internacional.
Recientemente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió con un cambio de postura al anunciar que reduciría temporalmente los aranceles a varios países, aunque mantendría su enfoque agresivo hacia China, incrementando el arancel del 104% al 125%. Esta situación podría generar riesgos para Australia, dado que casi un tercio de sus exportaciones va a China, mientras que sus envíos a EE. UU. representan menos del 5%.
Ante esta incertidumbre, el banco central australiano alertó sobre el impacto negativo que podría tener en la inversión empresarial y en el consumo interno. A pesar de los aranceles impuestos por Trump, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, afirmó que su gobierno no tomará represalias, aunque considera que los aranceles a Australia no tienen justificación lógica.