Según datos del INDEC, la canasta de crianza —que mide el costo de mantener a niñas, niños y adolescentes— se disparó un 45% interanual. Para un bebé menor de un año, hoy se necesitan más de 409 mil pesos por mes, mientras que criar a un adolescente entre 6 y 12 años ya supera los 513 mil.
Este fuerte incremento ocurre en un contexto de ajuste brutal y sin políticas específicas para contener el impacto en las familias. A pesar de que el Gobierno dice que “la inflación está bajando”, los alimentos, productos básicos y servicios vinculados a la infancia siguen por las nubes.
Mientras se recortan subsidios y programas sociales, los datos muestran lo que Milei no dice: el ajuste lo pagan los que menos tienen.