El Gobierno de Javier Milei anunció que, si gana las legislativas, avanzará con una reforma previsional que implicará nuevos recortes a los jubilados. Así lo confirmó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien aseguró que uno de cada tres beneficiarios “nunca aportó”, justificando el ajuste en el marco de un acuerdo con el FMI.
Ajuste a los jubilados: la próxima meta del oficialismo
Francos admitió en una entrevista que el Gobierno esperará al recambio legislativo para impulsar una transformación estructural del sistema previsional. La reforma previsional es una de las condiciones del Fondo Monetario Internacional, que exige “sostenibilidad fiscal” como parte del acuerdo vigente.
Detrás del relato de eficiencia estatal, el verdadero objetivo es continuar el ajuste sobre los sectores más vulnerables. Mientras se congela el gasto en salud, educación y programas sociales, el oficialismo planea profundizar el recorte sobre los ingresos de quienes ya no pueden defenderse: los jubilados.
Jubilaciones que no alcanzan ni para lo básico
En mayo, las jubilaciones subirán apenas un 3,7%, muy por debajo de la inflación. Con este aumento, la mínima quedará en $296.396, y con el bono de $70.000, llegará a $366.396, una cifra que aún está lejos de cubrir una canasta básica para adultos mayores.
Además, la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) se actualizará a $237.116, mientras que las Pensiones No Contributivas (PNC) quedarán en $207.477, también con bono incluido.
El plan del Gobierno: reforma laboral y previsional después de octubre
Según Francos, el objetivo es discutir la reforma previsional y laboral “con un Congreso renovado” luego de las elecciones legislativas. El Gobierno ya dio señales claras: si consigue mayoría, profundizará el ajuste.
¿Qué implica la reforma?
El Gobierno busca eliminar regímenes especiales, endurecer requisitos y reducir el peso del sistema público. Todo esto en nombre del “déficit cero”, mientras la desigualdad y la pobreza entre adultos mayores no deja de crecer.