Sin pelos en la lengua, la expresidenta volvió a encender la llama del pensamiento crítico y puso sobre la mesa los debates más urgentes del presente argentino.
📢 “El problema no es el déficit fiscal, es quién se queda con la renta del país”, afirmó CFK, apuntando con precisión quirúrgica al corazón del modelo económico libertario. Con su claridad habitual, denunció la concentración de poder económico y mediático, el endeudamiento brutal y la pérdida de soberanía que, según dijo, “ni siquiera se discute en los grandes medios”.
Pero más allá del diagnóstico, Cristina fue por más: invitó a una generación entera a pensar el futuro, a organizarse y a disputar el verdadero poder. Su intervención no fue sólo política, sino pedagógica: explicó con datos y con historia por qué es falso que el mercado todo lo resuelve, y por qué el Estado es clave para defender al pueblo ante los abusos del capital.
👩🎓 Jóvenes de distintas universidades celebraron el discurso como un llamado a la acción: “Nos devolvió las ganas de militar, de pelearla, de pensar en grande”, dijeron. Cristina no se mostró nostálgica ni encerrada en el pasado: miró hacia adelante con una lucidez que muchos envidiarían, marcando el camino a una nueva etapa del peronismo, más consciente, más comprometido y más firme frente al ajuste brutal que hoy padecen millones de argentinos.
Para sus seguidores, su palabra sigue siendo faro. Para sus detractores, una amenaza. Pero nadie puede negar lo evidente: cuando Cristina habla, el país escucha. Y esta vez, dejó en claro que la batalla cultural y política está más