Pablo Grillo, el fotógrafo herido durante la represión frente al Congreso el 12 de marzo, fue operado nuevamente con éxito. Así lo confirmó su familia, que detalló que la intervención endoscópica sirvió para sellar una pérdida de líquido que le provocaba presión intracraneal.
“La operación salió bien”, aseguraron en redes sociales, aunque aclararon que la evolución sigue siendo delicada. En los próximos días, Pablo será sometido a nuevas punciones lumbares para aliviar la presión en su cráneo.
Grillo, de 35 años, recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en el rostro mientras cubría la represión a una manifestación de jubilados. La brutal escena fue registrada por colegas y generó una ola de repudio por el accionar de Gendarmería.
A pesar de las múltiples lesiones, Pablo mostró avances: reconoció a su padre y le habló por primera vez tras el trauma. Ese gesto se convirtió en un símbolo de resistencia ante la violencia institucional.
La causa por la represión está en manos de la jueza María Servini, con la representación legal del CELS y la Liga Argentina por los Derechos Humanos. Ambos organismos piden identificar a los responsables del operativo represivo.
Mientras la recuperación física continúa, también lo hace el reclamo social. “Que no haya otro Pablo”, repiten familiares y colegas, en un llamado urgente a que se detenga la criminalización de la protesta.
