En la jornada de protestas por mejoras previsionales de ayer, la Policía Federal reprimió violentamente a un grupo reducido de jubilados que se manifestaban pacíficamente frente al Congreso Nacional en Buenos Aires. A pesar de ser superados en número por los efectivos policiales, los manifestantes intentaron avanzar unos pasos hacia la calle, lo que desencadenó una respuesta desproporcionada: gases pimienta lanzados al rostro, bastonazos y detenciones arbitrarias. El saldo fue de al menos cinco heridos y dos detenidos, en un episodio que se suma a una serie de represiones similares ocurridas en protestas anteriores.
Testimonios de los afectados describen la brutalidad del accionar policial. Cristian, uno de los jubilados presentes, relató que un agente le disparó gas pimienta directamente a los ojos, dejándolo temporalmente ciego y con un ardor insoportable. Nicolás Caropresi, integrante de la UTEP, también fue agredido mientras intentaba proteger a un manifestante. El Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA) asistió a los heridos y denunció que los agentes violaron los protocolos de uso de gases, aplicándolos a escasos centímetros de las personas.
La represión se produjo mientras los jubilados exigían mejoras en sus condiciones de vida, incluyendo el aumento de la jubilación mínima, la reapertura de la moratoria y el subsidio de medicamentos de alto costo. A pesar de la violencia sufrida, los manifestantes continuaron su marcha hacia la Plaza de Mayo, reafirmando su compromiso con la protesta pacífica y sus demandas sociales.