La vicepresidenta con mandato cumplido, Cristina Fernández de Kirchner, no solo fue condenada en la causa conocida como “Vialidad”, sino que ahora deberá también dar un paso al costado en el Partido Justicialista. De acuerdo con el fallo judicial, al recibir una pena de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, queda impedida de seguir al frente de la estructura partidaria.
La medida alcanza tanto a su rol formal como presidenta del PJ nacional como a cualquier cargo en la conducción partidaria. Pese a que en un primer momento no estaban claros los alcances de la ratificación de la condena, fuentes judiciales confirmaron que la ex presidenta será excluida del padrón electoral a partir del Artículo 3, inciso e del Código Electoral Nacional.
La condena fue dictada por el Tribunal Oral Federal N° 2, que la encontró responsable de administración fraudulenta en perjuicio del Estado por supuestas irregularidades en la asignación de obra pública en Santa Cruz durante su presidencia.
En este contexto, se abre una nueva etapa para el justicialismo, que deberá redefinir su liderazgo. La salida de Cristina del escenario institucional del partido deja vacante un lugar simbólicamente fuerte, en medio de un momento de crisis política, judicial y de reconfiguración interna para el peronismo.
