Milei corre a Israel para recibir hoy el “Nobel Judío”

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Este miércoles 11 de junio de 2025, mientras la inflación y la pobreza golpean a la Argentina, Javier Milei aterriza en Jerusalén para recibir en la Knéset, el parlamento de Israel, el llamado “Premio Nobel Judío” (Genesis Prize), un galardón con respaldo cuantioso: 1 millón de dólares.

Su gobierno presenta esto como el reconocimiento a su “apoyo indiscutido a Israel”, pero el timing coincide con su gira europea, con escalas con Netanyahu y un memorándum de “democracia y libertad”, lo que lo convierte en un acto más de estrategia comunicacional que de diplomacia sustantiva.

En plena sombra de las denuncias por violaciones a los derechos humanos en Gaza, el presidente insiste en mostrarse como “amigo firme” de un gobierno que enfrenta críticas internacionales. A la agenda oficial se suman encuentros con familiares de secuestrados por Hamas—aunque esos gestos palidecen frente a su silencio o falta de pronunciamiento sobre las víctimas palestinas—y la firma de un documento que se vende como un pacto moral, pero carece de contenido concreto sobre cooperación humanitaria o colaboración académica.

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El Genesis Prize reconoce desde 2014 a figuras destacadas que promueven causas filantrópicas y el apoyo a Israel, y este año recae sobre un jefe de Estado por primera vez. Milei se compromete a donar ese millón de dólares a campañas contra el antisemitismo y el terrorismo en Latinoamérica; no obstante, toma distancia significativa de los desafíos internos que enfrenta en Argentina: universidades, ciencia y salud pública siguen con recortes presupuestarios, mientras la pobreza avanza.

La ceremonia en la Knéset se convierte así en la culminación de una gira simbólica que prefiere la foto internacional en vez de atender las urgencias domésticas. A su retorno, sin propuestas económicas concretas -más allá de la oratoria inflamada y el gesto con billete ajeno— es probable que la gira sea celebrada más por los medios oficiales que por los ciudadanos que la financiaron con su desempleo, modestas jubilaciones y facturas impagables.

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