Crisis industrial en Argentina: el ajuste de Milei frena la producción y destruye empleo

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La industria argentina sigue estancada y golpeada por las políticas económicas del gobierno de Javier Milei. El ajuste, la apertura indiscriminada de importaciones y la falta de medidas para fomentar la producción nacional ponen en riesgo miles de empleos.

La industria trabaja a media máquina: caída en la capacidad instalada

Según datos del INDEC, la utilización de la capacidad instalada en la industria argentina fue del 58,6% en febrero de 2025, el mismo valor que en enero y apenas un punto por encima de los niveles de febrero del año pasado. Sin embargo, ese leve repunte se da sobre un piso extremadamente bajo, consecuencia directa del ajuste económico impulsado por el gobierno de Javier Milei.

En comparación, en 2023 la industria utilizaba el 65% de su capacidad, y en 2024, el 64%. Hoy, la actividad industrial permanece muy por debajo de esos niveles, reflejando un modelo económico que recorta sin reconstruir.

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Sectores productivos en crisis: textiles, automotriz y metalmecánica, los más golpeados

Los sectores más afectados por la recesión industrial son los textiles, el caucho y plástico, la industria editorial, la automotriz y la metalmecánica, todos con niveles de actividad inferiores al promedio.

Particularmente crítico es el caso del sector textil, que ya perdió uno de cada tres empleos industriales en el último año, según alertó la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA). ¿La causa? La apertura de importaciones sin control y la eliminación de protecciones arancelarias, que generan una competencia desleal que pone en jaque a la industria nacional.

“Priorizar la rebaja de aranceles antes de aliviar los costos internos genera un escenario de competencia desigual”, advirtió FITA.

Milei, ajuste y apertura: un cóctel riesgoso para la economía real

El modelo de apertura comercial sin política industrial adoptado por Javier Milei beneficia a importadores y grandes jugadores del mercado, pero deja afuera a las pequeñas y medianas industrias, que no pueden competir con productos extranjeros más baratos. Esto destruye empleo, paraliza fábricas y debilita el entramado productivo nacional.

Incluso sectores que mostraron una leve mejora, como el de maquinaria agrícola, enfrentan ahora una amenaza directa: el Gobierno habilitó el ingreso de equipos usados del exterior, afectando la venta de productos nacionales y comprometiendo el futuro de una industria que emplea a más de 300.000 personas.

La Unión Industrial Argentina (UIA) alertó que la estrategia del Gobierno ignora los problemas estructurales de competitividad y puede provocar un colapso de la industria local.

Sin industria no hay empleo ni desarrollo

Mientras el Gobierno se concentra en la macroeconomía y el “déficit cero”, la economía real muestra signos de agotamiento. Sin consumo interno, sin crédito productivo y con una presión fiscal elevada, la industria no encuentra condiciones para crecer.

El ajuste sin medidas complementarias para fomentar el trabajo y la producción no genera eficiencia, sino exclusión. La historia económica argentina lo ha demostrado: sin industria no hay desarrollo sustentable, ni empleo, ni futuro.

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