Canadá acude hoy a las urnas en unas elecciones anticipadas marcadas por un giro inesperado: el regreso de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. y su retórica agresiva hacia el país vecino han reconfigurado el panorama político canadiense. El Partido Liberal, que hace meses estaba rezagado en las encuestas, ha logrado posicionarse como favorito gracias a un discurso que enfatiza la defensa de la soberanía nacional frente a las amenazas externas.
El actual primer ministro interino, Mark Carney, asumió el liderazgo del Partido Liberal en marzo tras la renuncia de Justin Trudeau. Con una carrera destacada en el ámbito financiero como exgobernador de los bancos centrales de Canadá y el Reino Unido, Carney ha centrado su campaña en la necesidad de experiencia y estabilidad para enfrentar los desafíos impuestos por la administración Trump, incluyendo aranceles y declaraciones sobre una posible anexión de Canadá.
Por su parte, el líder conservador Pierre Poilievre, quien inicialmente lideraba las encuestas, ha visto disminuir su apoyo debido a su enfoque populista y su cercanía ideológica con Trump. Aunque ha intentado redirigir la atención hacia problemas internos como la inflación y el costo de vida, su falta de una postura firme frente a las amenazas externas ha generado dudas entre los votantes.
Las últimas encuestas indican una ventaja de los liberales sobre los conservadores, aunque la diferencia se ha reducido en los días previos a la elección. El Nuevo Partido Democrático y el Bloque Quebequés mantienen una presencia menor en las proyecciones, mientras que el electorado muestra una creciente preocupación por la estabilidad económica y las relaciones internacionales.
Estas elecciones reflejan una nación que busca reafirmar su identidad y autonomía en un contexto geopolítico desafiante. La respuesta de los votantes canadienses ante las presiones externas y su elección de liderazgo serán determinantes para el futuro del país en el escenario global.