En abril de 2025, el turismo internacional volvió a mostrar un fuerte desequilibrio para Argentina. Según el INDEC, salieron del país 1.425.600 argentinos, mientras que solo ingresaron 699.300 turistas no residentes. La diferencia, de más de 726.000 personas, evidencia una tendencia preocupante: cada vez menos extranjeros eligen Argentina como destino.
El turismo receptivo cayó un 4,8% respecto al año pasado. La principal razón es el alto costo de los servicios turísticos en dólares, lo que desalienta a visitantes internacionales. Con una economía inestable y precios dolarizados, Argentina ha dejado de ser competitiva en la región, incluso frente a destinos más caros.
En contrapartida, los viajes de argentinos al exterior crecieron un 24% interanual. Quienes tienen ingresos en dólares o mayor capacidad económica encuentran hoy más accesible vacacionar fuera del país que dentro. El 77% de las salidas fueron a países limítrofes, como Brasil, Chile y Paraguay, donde los precios resultan más convenientes.
La combinación de una caída en el ingreso de divisas por turismo extranjero y un aumento en el gasto en el exterior por parte de los argentinos refleja un escenario complejo para el sector. Lejos de ser solo una estadística, estos datos exponen una de las tantas consecuencias de un modelo económico que favorece a pocos y encarece la vida para la mayoría.