A partir de mayo, el transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires volverá a registrar aumentos. En la Ciudad Autónoma la suba será del 5,7%, mientras que en la provincia alcanzará el 5,9%, según los esquemas de actualización mensual que aplican ambos gobiernos para acompañar la inflación.
Este mecanismo, que ajusta automáticamente los valores según indicadores económicos, anticipa que los incrementos continuarán durante los próximos meses. Desde la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) alertan que la brecha de tarifas se ampliará respecto a las líneas nacionales, donde el precio del boleto permanece congelado.
“De seguir este ritmo, podría haber una migración de usuarios hacia los servicios más económicos”, advierten empresarios del sector.
Tarifas: quiénes suben y quiénes no
Las 103 líneas nacionales seguirán cobrando lo mismo que en agosto de 2024, decisión confirmada por el Gobierno nacional, que además mantiene la Tarifa Social Federal para más de 5,3 millones de usuarios. Esta asistencia otorga un 55% de descuento a jubilados, pensionados y beneficiarios de programas sociales.
En cambio, las líneas provinciales y porteñas aplicarán los nuevos precios, que para la Sección 1 rondarán los $451 en CABA y los $450 en provincia.
Contexto político: nuevas tensiones
El ajuste en las tarifas reavivó las diferencias entre Javier Milei, Axel Kicillof y Jorge Macri. El secretario de Transporte de la Nación, Franco Mogetta, aclaró que “el Gobierno nacional no dispuso aumentos”, desligándose de los incrementos locales.
Las nuevas subas, atadas al índice de precios del INDEC, se suman a un malestar creciente en los usuarios y reflejan el impacto de una inflación persistente en todos los sectores.
En el territorio bonaerense, además, el costo de los boletos se mueve en base al IPC del Gran Buenos Aires, generando una dinámica distinta a la del resto del país.