Misiones 2025: victoria oficialista, abstención récord y una ciudadanía que se desconecta de la política

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El Frente Renovador volvió a ganar en Misiones, pero con el porcentaje más bajo de participación en dos décadas. La Libertad Avanza crece, el PJ no aparece, y el clima es de apatía generalizada. ¿Qué dicen las urnas cuando la mayoría no va a votar?

Las elecciones legislativas en Misiones dejaron una conclusión incómoda: la gran ganadora no fue una fuerza política, sino la desafección ciudadana. Con una participación que apenas superó el 57%, la más baja en años, el oficialista Frente Renovador de la Concordia retuvo su hegemonía provincial, pero sin entusiasmo ni legitimidad sólida. El clima electoral estuvo atravesado por la apatía, el rechazo silencioso y una desconexión creciente entre el poder político y una sociedad agobiada por la crisis.

Rovira ganó, pero no convence

Carlos Rovira volvió a imponer su sello, esta vez con Sebastián Macías a la cabeza de la lista, y obtuvo un 28,6% de los votos. El número bastó para quedarse con la mayoría de bancas en juego, pero está lejos de representar un triunfo robusto. Con una oferta electoral fragmentada, el oficialismo capitalizó su aparato territorial más que una adhesión política genuina.

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El dato más potente no fue el resultado en sí, sino la falta de participación, sobre todo en el interior rural, donde zonas como San Pedro apenas alcanzaron el 51%. Allí, pequeños productores de yerba, tabaco y té –duramente afectados por el DNU 70/23 que desreguló el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM)– optaron por no ir a votar antes que respaldar a los partidos tradicionales.

La Libertad Avanza crece entre los urbanos

Con el 21,9% de los votos, La Libertad Avanza se consolida como segunda fuerza, especialmente en centros urbanos como Posadas, Oberá y Eldorado. Aunque sin el respaldo abierto del Gobierno nacional, sus candidatos locales denunciaron irregularidades y manipulación en la carga de datos, que se detuvo por horas en el 45% de mesas escrutadas. La fuerza libertaria logró colarse en el tablero provincial con discurso duro, acusaciones de fraude y una narrativa anti-casta que sigue captando voto joven y enojado.

En paralelo, otras listas con perfil libertario —como la del detenido Ramón Amarilla— capturaron parte del voto antisistema, aunque sin unidad ni conducción clara. En total, las expresiones de derecha podrían haber superado al oficialismo si se hubieran presentado juntas, lo que habla tanto de su fuerza potencial como de sus limitaciones estructurales.

Un electorado que castiga con la abstención

El fenómeno más elocuente fue el ausentismo masivo. En comparación con elecciones anteriores (71,1% en 2023, 59,9% en 2021), el descenso es alarmante. Ni la “Renovación Neo” ni el relato libertario ni los vestigios del peronismo lograron interpelar a la ciudadanía. En muchos casos, como en Oberá o Aristóbulo del Valle, el voto fue sustituido por la indiferencia.

Maurice Closs lo resumió con crudeza: “El ausentismo es apatía traducida en ausencias”. Y es un síntoma de algo más profundo: la gente no encuentra en las urnas una herramienta de cambio real. La desconexión entre lo que se promete en campaña y lo que se vive en los barrios y chacras es abismal.

Passalacqua, entre el ajuste y el silencio

El gobernador Hugo Passalacqua intentó mantener un delicado equilibrio entre el apoyo a Javier Milei y el descontento local. Pero ese doble discurso empieza a pasar factura. Misiones fue una de las provincias más golpeadas por los recortes del Gobierno nacional, con una caída estimada de 73 mil millones de pesos por coparticipación. Aunque recibió más fondos por Aportes del Tesoro Nacional (ATN), la pérdida en obra pública, subsidios y precios de referencia empieza a hacer ruido entre sus propios votantes.

Intentar mostrarse “leales a la Nación” mientras la motosierra corta recursos esenciales tiene límites. Y el electorado, en silencio, parece haberlos marcado.

Una elección sin peronismo

Otra ausencia clave fue la del peronismo con lista propia. Intervenido por la conducción nacional, el PJ misionero quedó diluido en la “Confluencia Electoral por la Patria”, que cosechó un resultado marginal. En una provincia históricamente refractaria a las estructuras nacionales, la falta de una propuesta clara dejó sin representación efectiva a gran parte del electorado progresista.

¿Y ahora qué?

La elección de este 9 de junio expone un nuevo escenario en Misiones: la continuidad del poder no garantiza consenso, la oposición crece sin organización, y la ciudadanía se aleja de la política institucional. En ese vacío, la fragmentación crece, el desinterés se profundiza y la gobernabilidad se vuelve más frágil.

La política misionera deberá dar respuestas reales si no quiere que las próximas elecciones tengan aún menos votantes y más descreimiento. Porque cuando la mayoría elige no elegir, el problema ya no es de representación: es de legitimidad.

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