La pieza, que apareció en una calle de Nueva York en 2013 y fue retirada tras ser dañada, será subastada este mes por una galería de Londres. La venta generó controversia en el mundo del arte.
Una obra del enigmático artista británico Banksy vuelve al centro de la escena. Se trata de Crazy Horse, un mural que apareció en 2013 durante una de sus intervenciones callejeras en Nueva York. La pieza, pintada en una puerta metálica de una ex fábrica de autos en Brooklyn, fue vandalizada poco después y retirada del lugar. Ahora, más de diez años después, será subastada por la galería londinense Tate Ward, que estima su valor en más de 500 mil dólares.

El anuncio generó reacciones cruzadas. Por un lado, coleccionistas y casas de subastas celebran la posibilidad de poner a la venta otra obra de Banksy, cuya figura sigue atrayendo interés global. Por otro, muchas voces dentro del mundo del arte critican la mercantilización de trabajos pensados para el espacio público. Algunos incluso cuestionan la legitimidad de vender una pieza callejera intervenida por otros artistas y fuera de su contexto original.
La puerta metálica, que formaba parte de un mural de mayores dimensiones, tiene una inscripción escrita en francés por una persona anónima que la vandalizó al poco tiempo de su creación. Ese detalle, lejos de restarle valor, parece aumentar su interés para ciertos sectores del mercado. Según explicaron desde la galería, la pieza se mantuvo en un depósito durante más de una década y fue restaurada antes de ponerse a la venta.
Aunque Banksy no se pronunció sobre esta subasta en particular, su postura respecto a la venta de sus obras callejeras es conocida. A lo largo de los años, expresó su desacuerdo con la comercialización de piezas retiradas del espacio público. Sin embargo, el mercado del arte parece no prestarle demasiada atención y continúa sacando provecho de su legado.