Juliana Marins, una joven brasileña de 26 años, fue hallada muerta este martes tras permanecer tres días atrapada en un acantilado del volcán Rinjani, en la isla de Lombok, Indonesia. La turista había caído en una zona de difícil acceso durante una excursión y las condiciones extremas del terreno complicaron las tareas de rescate.
Los equipos de búsqueda lograron localizarla con drones a unos 500 metros de profundidad, pero la densa niebla, las rocas sueltas y la imposibilidad de fijar anclajes seguros demoraron el operativo. La joven no contaba con agua, comida ni abrigo, y pasó más de 72 horas a la intemperie antes de ser alcanzada por los rescatistas.
Juliana formaba parte de un grupo de seis turistas acompañados por dos guías. Según su hermana, se habría quedado rezagada por el cansancio, momento en el que cayó por el barranco. La familia denunció abandono por parte del guía, aunque este aseguró que la esperó durante varios minutos y luego volvió con el grupo.
El lunes por la tarde los drones volvieron a detectar a la joven, pero no fue hasta el martes que un grupo especializado logró descender hasta el punto exacto. Allí confirmaron que la turista había fallecido. La noticia fue comunicada por la familia a través de redes sociales, donde agradecieron el apoyo recibido.
El volcán Rinjani, de 3.726 metros de altura, es uno de los más altos y visitados de Indonesia, pero también uno de los más exigentes para los senderistas. Las autoridades locales y la embajada de Brasil en Yakarta siguen de cerca el caso, mientras se analizan posibles responsabilidades por negligencia.
