La activista sueca Greta Thunberg partió desde Sicilia a bordo del barco Madleen, como parte de una misión de la Coalición de la Flotilla de la Libertad, con el objetivo de entregar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y desafiar el bloqueo naval impuesto por Israel. La embarcación transporta suministros esenciales como alimentos, medicinas y productos de higiene, en respuesta a la grave crisis humanitaria que afecta a la población gazatí.
Antes de zarpar, Thunberg declaró que “esta misión es peligrosa, pero el silencio ante el genocidio lo es aún más”, subrayando la urgencia de actuar frente a la situación en Gaza. La activista está acompañada por otras figuras destacadas, como el actor Liam Cunningham y la eurodiputada Rima Hassan, quienes también se sumaron a la iniciativa para visibilizar la emergencia humanitaria en la región.
La participación de Thunberg generó una respuesta polémica por parte del senador republicano estadounidense Lindsey Graham, quien comentó en la red social X: “Espero que Greta y sus amigos sepan nadar”, en alusión al viaje de la flotilla. El comentario fue ampliamente criticado en redes sociales, donde usuarios lo calificaron de insensible y amenazante, especialmente considerando los riesgos asociados a la misión humanitaria.
La situación en Gaza continúa siendo alarmante. Recientemente, el secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su consternación por la muerte de al menos 31 palestinos durante un ataque en un centro de distribución de ayuda en Rafah. Guterres instó a una investigación independiente y reiteró la necesidad de facilitar el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria para atender las necesidades urgentes de la población gazatí.
