En las próximas elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires, se usará por primera vez la boleta única electrónica, un sistema que ya generó controversias. El diseño de la pantalla donde los votantes elegirán a sus candidatos fue aprobado por el Instituto de Gestión Electoral, pero despertó críticas por parte de los partidos opositores, especialmente el peronismo y La Libertad Avanza. Según ellos, la forma en que se mostrarán los candidatos en la pantalla podría beneficiar al oficialismo porteño, ya que su ubicación sería más visible y fácil de seleccionar.
Los representantes legales de estas fuerzas políticas presentaron reclamos formales, argumentando que el diseño de la pantalla podría influir negativamente en la equidad del proceso electoral. En medio de un escenario muy competitivo, donde el PRO y La Libertad Avanza se disputan el segundo lugar y el peronismo busca recuperar terreno tras años de derrota, cualquier detalle podría ser clave. A raíz de esto, el tema fue llevado a la Justicia, mientras que el contrato para implementar este nuevo sistema de votación con la empresa MSA asciende a 22 millones de dólares.
Aunque la boleta electrónica busca modernizar y agilizar el acto electoral, la falta de consenso en su diseño ha encendido una fuerte polémica. Los partidos opositores sostienen que un sistema justo debe garantizar la igualdad de condiciones para todos los candidatos y temen que una pantalla mal distribuida distorsione la voluntad del votante. Esta situación refleja el clima tenso de la campaña y la importancia de asegurar la transparencia en cada etapa del proceso electoral.