Un excompañero y figuras del automovilismo cuestionan la gestión de Alpine tras el cambio de pilotos, mientras la escudería defiende su estrategia de desarrollo. La medida generó un debate sobre el futuro de jóvenes talentos.
La escudería Alpine de Fórmula 1 se encuentra en el centro de la controversia tras su decisión de reemplazar a Jack Doohan por el argentino Franco Colapinto en las próximas carreras de la temporada 2025. Este movimiento, que busca evaluar el pool de talentos de la academia, provocó reacciones divididas y críticas, especialmente de figuras cercanas a Doohan, quienes consideran que la trayectoria del piloto australiano fue “arruinada” por la premura de la decisión. La situación demostró la intensa presión y la rapidez con la que se toman decisiones en el competitivo mundo de la máxima categoría del automovilismo.
Desde Alpine, el equipo justificó el cambio basándose en el rendimiento y la necesidad de buscar la mejor combinación de pilotos para acompañar a Pierre Gasly. Flavio Briatore, una voz influyente dentro de la escudería, habría respaldado la elección de Colapinto, destacando la importancia de la performance y la capacidad de tener “dos coches juntos” en la apretada lucha por los puntos. Colapinto, que ya había sido piloto de reserva y tenía un acuerdo multianual con Williams antes de su paso a Alpine, tuvo un inicio desafiante en su nueva etapa, incluyendo un accidente en su primera clasificación en Imola.
La polémica se intensificó con el surgimiento de publicaciones en redes sociales, algunas de ellas falsificadas, que provocaron abuso online hacia Jack Doohan y su familia. Esto llevó a Alpine a emitir un comunicado condenando enérgicamente este tipo de comportamientos y pidiendo respeto. La situación subraya la creciente toxicidad en el entorno digital de la Fórmula 1, donde las decisiones deportivas a menudo trascienden la pista y generan reacciones extremas entre los aficionados.
Mientras Franco Colapinto se prepara para sus próximas citas en el calendario, con al menos cinco Grandes Premios confirmados (Imola, Mónaco, España, Canadá y Austria), el debate sobre la gestión de jóvenes talentos y la presión por resultados inmediatos continúa. La Fórmula 1, un deporte de élite y altas exigencias, sigue demostrando que las oportunidades son escasas y las decisiones, a veces, drásticas y generadoras de controversia.