Este miércoles, cientos de miles de simpatizantes del kirchnerismo y partidos aliados confluyeron en la Plaza de Mayo para respaldar a Cristina Kirchner, quien desde este martes cumple prisión domiciliaria tras ser condenada a seis años de prisión por corrupción en la causa Vialidad. La manifestación comenzó temprano en distintos puntos de la ciudad —como San Juan y 9 de julio, Belgrano y 9 de julio, y Avenida de Mayo— y concentró a columnas de La Cámpora, movimientos sociales, gobernadores como Axel Kicillof y legisladores, en un acto con escenario frente a la Casa Rosada.
Ante la magnitud de la marcha, el Gobierno implementó un operativo de seguridad de alto nivel, con vallas, un tercer anillo policial y controles intensivos, especialmente en los micros que ingresaban desde el interior del país, para evitar disturbios. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, defendió los operativos y explicó que se centran en prevenir alteraciones, evitando que los manifestantes lleven elementos prohibidos o generen cortes que interfieran con la circulación urbana.
La causa de la movilización fue la notificación judicial de la sentencia contra Kirchner, que incluyó prisión domiciliaria con tobillera electrónica y la ratificación definitiva del fallo por parte de la Corte Suprema. Aunque la convocatoria original apuntaba a acompañarla hasta Comodoro Py, se ubicó frente a la Casa Rosada debido al cambio en la logística judicial. Durante el acto, se espera un mensaje de la exmandataria, y tanto el kirchnerismo como varios sectores peronistas creen que este respaldo masivo podría resurgir la fuerza política de cara a las elecciones y denunciar una “proscripción política”.
