La condena firme contra Cristina Fernández de Kirchner generó menos festejos de los esperados en los sectores de poder económico. Lejos de brindar con champagne, el establishment empresarial encendió varias luces amarillas. ¿Por qué? Porque el fallo no solo reconfigura el tablero político, sino que también introduce nuevas incertidumbres económicas en un país donde la confianza es un recurso escaso.
⚖️ La Justicia, la política y el “efecto boomerang”
Aunque muchos esperaban que la decisión de la Corte Suprema debilitara al peronismo, el escenario podría ser el inverso. La posibilidad de que CFK lidere desde la prisión domiciliaria una unidad forzada del peronismo reconfigura el juego. Para el Gobierno de Javier Milei, eso significa perder centralidad en la escena y quedar más expuesto.
¿Por qué esto inquieta a los mercados? Porque un peronismo revitalizado puede representar un freno a la agenda de reformas, y sobre todo, generar inestabilidad social. Y si algo teme el capital, es la efervescencia callejera en medio de un ajuste económico brutal.
🏦 Silencio en las cámaras empresarias
La reacción del sector privado fue llamativamente medida. Solo la Cámara Argentina de Comercio (CAC) publicó un comunicado pidiendo evitar el “desorden público”. Otras como la Unión Industrial Argentina (UIA) o la Cámara de la Construcción (CAMARCO) evitaron declaraciones. El mensaje implícito: prefieren que este tema pase rápido y sin ruido.
Incluso pesos pesados como Paolo Rocca (Techint) o los popes de la AMCHAM (cámara de empresas estadounidenses) optaron por el silencio estratégico, conscientes de que un movimiento en falso puede alterar un equilibrio muy frágil.
📉 Mercado en rojo y cautela financiera
A contramano de voces como la de Marcos Galperín (Mercado Libre), que celebró el fallo en redes, los mercados financieros reaccionaron con cautela. El índice Merval cerró en baja, el riesgo país no mejoró, y el dólar financiero siguió su escalada moderada.
Desde Wall Street, el analista Javier Timerman advirtió:
“El mercado odia a CFK, sí. Pero más que a Cristina, teme a un peronismo unido y competitivo. Si su condena fortalece esa posibilidad, la reacción económica será negativa”.
El economista Fausto Spotorno fue más directo:
“La falta de inversiones no es culpa del kirchnerismo. Hay un problema estructural de falta de previsibilidad y seguridad jurídica”.
🌽 El campo también toma nota
Incluso en sectores tradicionalmente antikirchneristas como el agro, el análisis fue menos emocional. En grupos de WhatsApp como Gurú Agro y Gurú Ganadero, varios productores coincidieron en que este fallo puede aumentar la volatilidad política, lo cual desincentiva inversiones.
Uno de ellos compartió una anécdota ilustrativa: tras las PASO 2019, en una reunión con empresarios suecos del agro, la sola mención de la posible victoria de CFK bastó para que cancelaran sus planes de inversión.
💣 El efecto político sobre la economía
El riesgo más inmediato es que esta situación reabra la grieta en un momento donde el Gobierno de Milei necesita paz social para sostener su programa de ajuste fiscal. Si el fallo judicial termina generando movilización masiva, inestabilidad institucional o una rearticulación del peronismo, el impacto en la expectativa de inversión será directo.
En una economía que aún no encuentra anclas de estabilidad, este tipo de conmociones refuerzan la idea de que Argentina es un país donde nada es definitivo y todo puede cambiar de un día para otro. Esa percepción —mucho más que cualquier ideología— es la que más aleja al capital nacional e internacional.