🌍 Conflicto entre Israel e Irán: alto el fuego frágil y pulseada geopolítica entre EE.UU. y Rusia

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El enfrentamiento entre Israel e Irán entró en una nueva fase crítica, con un alto al fuego frágil marcado por acusaciones cruzadas, ataques selectivos y una creciente participación de potencias globales como Estados Unidos y Rusia, que compiten por influencia en un escenario cada vez más inestable en Medio Oriente.

⚔️ De los misiles al tablero diplomático

El acuerdo de cese al fuego, anunciado tras doce días de guerra, fue rápidamente puesto en duda cuando Israel acusó a Irán de violarlo, mientras que Teherán negó cualquier agresión. Las tensiones escalaron aún más luego de que la aviación israelí bombardeara un radar en el norte de Teherán, alegando que fue una respuesta a nuevos lanzamientos de misiles.

En este escenario, Donald Trump—presidente de Estados Unidos—reivindicó el rol clave de su gobierno en frenar una nueva ofensiva israelí. Según confirmó el propio mandatario, convenció a Netanyahu de suspender una incursión aérea masiva, lo que evitó una nueva escalada militar. Trump celebró la decisión como un gesto de contención que mantiene el cese al fuego “muy vigente”.

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🇺🇸 EE.UU. refuerza su liderazgo militar… pero rechaza la mediación rusa

El rol de Washington ha sido decisivo en los últimos días. El propio Trump aseguró que EE.UU. destruyó con bombas antibunker las instalaciones nucleares subterráneas de Fordow, en Irán, y negó cualquier fracaso en la operación. Esta acción posiciona nuevamente a Estados Unidos como actor militar dominante en Medio Oriente, especialmente en cuestiones de proliferación nuclear.

Sin embargo, la respuesta a Rusia fue tajante. El presidente ruso Vladimir Putin ofreció mediar en el conflicto, pero Trump lo desestimó: “No necesito ayuda con Irán, necesito ayuda contigo”, expresó, haciendo referencia al conflicto en Ucrania, donde la guerra sigue sin solución diplomática.

Esta negativa refuerza el mensaje de que Estados Unidos no cederá protagonismo en Medio Oriente a Moscú, y que cualquier tipo de “diálogo” entre potencias estará condicionado por las tensiones bilaterales globales.

🇮🇷 Irán: resiliencia, propaganda y presión interna

Por su parte, el presidente iraní Masud Pezeshkian aseguró que la guerra impuesta por Israel concluyó, y reivindicó una “victoria histórica” sobre el Estado hebreo. Negó haber violado el alto el fuego y subrayó que el proyecto nuclear iraní sigue en pie, pese a los daños provocados por los bombardeos estadounidenses.

Irán también atacó bases militares de EE.UU. en Irak y Qatar en respuesta al ataque a Fordow, aunque estas ya estaban evacuadas. Este movimiento apunta más a una acción simbólica de resistencia ante su población y aliados regionales que a un ataque militar efectivo.

🇮🇱 Israel celebra “victoria” y levanta restricciones internas

Mientras tanto, el gobierno israelí levantó este martes las restricciones impuestas durante la ofensiva, como el cierre de escuelas y la limitación de reuniones públicas. El ministro de Defensa, Israel Katz, agradeció el respaldo estadounidense y prometió respetar el alto el fuego, “siempre y cuando Irán también lo haga”.

Netanyahu, en su primera aparición pública tras el cese de hostilidades, reafirmó que Israel actuará nuevamente si el programa nuclear iraní intenta reactivarse, subrayando que “Irán no tendrá armas nucleares”.

🛰️ Medio Oriente en la mira de las superpotencias

Lo que está en juego en este conflicto va mucho más allá de los límites territoriales de Israel o Irán. El control de la narrativa geopolítica, la influencia regional y la estabilidad nuclear son elementos centrales de este nuevo capítulo del conflicto.

  • Estados Unidos reafirma su papel como garante de la seguridad israelí y árbitro militar en Medio Oriente.
  • Rusia, alineada con Irán, busca proyectar influencia como potencia mediadora, aunque su capacidad real se ve limitada por su implicación en Ucrania.
  • Israel, fortalecido con el respaldo de Washington, redobla su apuesta por una política de disuasión nuclear.
  • Irán, bajo presión, intenta mantener la legitimidad interna y resistir los embates externos, con el riesgo constante de aislarse aún más en la escena internacional.

🧭 Conclusión: un alto al fuego con final abierto

El actual alto el fuego entre Israel e Irán es precario y altamente condicionado por los intereses de las potencias globales. Si bien se evitó una nueva escalada a gran escala, el conflicto sigue latente, alimentado por rivalidades ideológicas, estratégicas y tecnológicas.

El papel de Estados Unidos como actor dominante en la región es incuestionable, pero también evidencia el uso político de la guerra como herramienta electoral en la antesala de un nuevo proceso presidencial. Al mismo tiempo, Rusia observa, propone, pero no lidera.

La paz en Medio Oriente, una vez más, depende de las decisiones que se tomen en Washington, Tel Aviv, Teherán… y Moscú.

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